miércoles, 3 de abril de 2013

Fresas sí, tornillos no


I

Ni la caracola ni la rosa seca ni los caramelos,
me han sabido explicar con claridad
por qué han salido tantos árboles en el pasillo.

Encima, hay dos estrellas de mar coloreadas
que cuchichean mientras me observan.

Tú llevas contigo una chimenea de ladrillos rojos
de la que sale el humo de miles de pájaros ardiendo.

Yo estoy muy ocupado estirando un signo de interrogación.

A veces espío a las ardillas que se están comiendo
los pedazos de tu sonrisa.

Las paredes están húmedas y yo deshidratado.
Esta casa es tan preciosa y esta paz tan vulnerable,
que estoy a punto de comprarme una corbata.

II

El placer es verdad.

Come una fresa fresca, u orina durante un minuto y medio
y verás.

Atiende a la verdad.

¡Oh!, el dolor es verdad también.

Mastica un tornillo, o viaja en metro seis veces diarias
y verás.

Atiende a la verdad.

Para que me entiendas: fresas sí, tornillos no.

III

No hace falta que hagas nada.
Me gusta cuando somos incompatibles.
Eres una morena de barrio con boca de bosque.
Nada de lo que puedas hacer será digno de tu belleza natural.
Tu pelo de fuego negro arde desde dentro de los ojos.
Me gustas cuando haces las cosas que le gustan a tu cuerpo.
Tu cerebro no está siempre completamente líquido.
Deberíamos incendiar todos los colegios.
Abandona sobre un lago el mapa de tus construcciones.
Toma de toda la belleza simple y gratis que posees y que ves.
Hay un número infinito de certezas.
Este segundo que está pasando es la vida.
Nada ha de perturbar al placer en acto.
Solamente lo que sucede es.
El futuro es imposible ahora mismo.
Así que, por favor, deshaz las maletas y quítate las bragas de los ojos.

¡Portazo!


En este momento siento
extenderse como un clima
la pura soledad.

Se ha ido,
ha dejado de los ojos hiervas
lloradas de la puerta hasta la nada.

Yo estoy sumido en esta prosa,
porque empiezo a enfriarme.
Ya siento el no-hambre.
Punto y aparte.

Se ha ido, esta vez con permiso,
se ha desprendido como un brazo.
Estoy empezando a notarlo.

Tengo la boca intranquila,
Hay un nuevo silencio en mi mente.
Verso a verso se mueven
los resortes del dolor.

Estoy triste
y, aunque yo quería,
no pensé que doliera.

Todo parece estár fuera de mí

No estoy en mis órganos.
No soy parte del suelo.
Quizá esté en el aire, no lo sé,
pero no soy aire.
¿Dónde estaré?
¿Estaré dentro de mis ojos?
¿Dentro de algo?
No creo que esté en todas partes o en ninguna.
En todo caso, esté donde esté,
necesito un poco más de espacio,
por favor.

En menos de un siglo


























En menos de un siglo no podré entenderlo como para explicarlo,
de modo que me quedo entre los muertos de aburrimiento,
no eternamente, sino hasta que me salga de los cojones.

Estoy dentro esperando a parecerme a mí,
para poder ser y estar a la vez, 
y no sólo en las cafeterías.

























Noche de poema


Es noche de poema,
de lenta letanía
y terapia de trinos.

Yo fui poema en espejo ajeno,
este no es el tema pero me apetezco
en el centro del no-ser para ser presa
de mi tierna mirada de desprecio.

Es noche de verano
después de los treinta
tallando la pena.

Yo fui feliz a las seis y media,
y lamiendo una vez más mi corazón,
ha llegado mañana.

Es noche de aullar desesperado,
de comenzar ya el tejado y lo demás
asumiendo la distancia que hay hasta mí.

Las escaleras en espiral que recorrí
hasta admitir mi condición de gato,
las que subí asustado en busca de luz.

Poema de la noche del 18 de Marzo de 2009


He dejado tantos versos en la nada del presente




(soñando tantos versos)

que me parece un lujo innecesario escribir.

No obstante,
estoy escribiendo con el látigo del pene,
me espero y reacciono con la ciencia del lenguaje,
proseo en los versos
y soy menos libre                  que lo que siento.

No escribo en la arena,
prefiero sentir la playa y masturbarme.

Escribo para atacarte con mi belleza.

Escribo para todos los ojos.

Escribo en privado
con mi sexualidad universal.

II

Entre las palabras hay tiempo.
Entre las letras hay tiempo.
Entre las ideas
sucede una cantidad de tiempo.

Si pudiera al fin escribir,
estoy tan débil,
no puedo estructurar,
no tengo ganas de explicar,

pero una nostalgia de música
se me enreda hasta ahogar
el ahora pequeño tronco de la Vida.

Si me lo quitaran todo,
todo aquello que pongo detrás del deseo,
si me quitaran para siempre mi guitarra,
si me trasplantaran de ti a una tierra tierra cualquiera,
escribiría entonces como un fuego.

Ahora he esperado tanto.

***

No suelo cantar hasta que se derrumba la ciudad,
canto por necesidades,
al fondo a la derecha de mí hay un tirorirorí
matando a la muerte

He venido al borde el abismo
sólo para mirar




martes, 2 de abril de 2013

En invierno eres de peluche,


flauta,
y en tu cara tranquila
hay una boca para mi boca.

Exagero.

En tu boca sólo hay miles de paradigmas de
la belleza, la dulzura, la suavidad y el silencio.

Y eres de peluche.

Desnuda eres fruta,
tu piel y tu interior son de fruta.

Yo no importo ahora.

Eres sospechosa. Me gustas.
Me gusta verte llegar
desde lejos hasta cera.
No puedo ver tu cara de una sola vez.
Está saliéndome un sol.

(Intento evitar la palabra azul).

Entre tu chaqueta de peluche
y tu cuello de fruta
estoy depositado.

Este invierno es primavera.
No me mires mal.

Este invierno soy tonto y feliz.
Este invierno me bebo tu rostro.
Este invierno aprenderé a jugar al ajedrez.

Ahora sí que importo.

Yo siempre he jugado al parchís.
Soy femenino.
También (además) soy sencillo.
Estoy harto. Joder.

buscas, como yo, esferas
por las que girar alrededor.

Me gusta que busques, porque me gusta buscar.
Me gusta que escapes, porque me gusta escapar.
Me gusta que llores.
Me gustas.

¿Estás cansada?

Vamos a tomar un café.
Eres de peluche y primavera.
Yo quiero un café cortado.
Tienes la voz de otro color.
Siempre diferente, siempre más.
Me gustas.
¿Cómo tomas el café?
A mí me da miedo la luz.
Tus manos hablan francés.
Hay un invierno frío alrededor de esta primavera.