Es noche de poema,
de lenta letanía
y terapia de trinos.
Yo fui poema en espejo ajeno,
este no es el tema pero me apetezco
en el centro del no-ser para ser presa
de mi tierna mirada de desprecio.
Es noche de verano
después de los treinta
tallando la pena.
Yo fui feliz a las seis y media,
y lamiendo una vez más mi corazón,
ha llegado mañana.
Es noche de aullar desesperado,
de comenzar ya el tejado y lo demás
asumiendo la distancia que hay hasta mí.
Las escaleras en espiral que recorrí
hasta admitir mi condición de gato,
las que subí asustado en busca de luz.
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