I
Ni la
caracola ni la rosa seca ni los caramelos,
me han sabido explicar con claridad
por qué
han salido tantos árboles en el pasillo.
Encima,
hay dos estrellas de mar coloreadas
que
cuchichean mientras me observan.
Tú
llevas contigo una chimenea de ladrillos rojos
de la
que sale el humo de miles de pájaros ardiendo.
Yo
estoy muy ocupado estirando un signo de interrogación.
A veces
espío a las ardillas que se están comiendo
los
pedazos de tu sonrisa.
Las
paredes están húmedas y yo deshidratado.
Esta casa
es tan preciosa y esta paz tan vulnerable,
que
estoy a punto de comprarme una corbata.
II
El
placer es verdad.
Come
una fresa fresca, u orina durante un minuto y medio
y
verás.
Atiende
a la verdad.
¡Oh!,
el dolor es verdad también.
Mastica
un tornillo, o viaja en metro seis veces diarias
y
verás.
Atiende
a la verdad.
Para
que me entiendas: fresas sí, tornillos no.
III
No hace
falta que hagas nada.
Me gusta
cuando somos incompatibles.
Eres
una morena de barrio con boca de bosque.
Nada de
lo que puedas hacer será digno de tu belleza natural.
Tu pelo
de fuego negro arde desde dentro de los ojos.
Me
gustas cuando haces las cosas que le gustan a tu cuerpo.
Tu
cerebro no está siempre completamente líquido.
Deberíamos
incendiar todos los colegios.
Abandona
sobre un lago el mapa de tus construcciones.
Toma de
toda la belleza simple y gratis que posees y que ves.
Hay un
número infinito de certezas.
Este
segundo que está pasando es la vida.
Nada ha
de perturbar al placer en acto.
Solamente
lo que sucede es.
El
futuro es imposible ahora mismo.
Así
que, por favor, deshaz las maletas y quítate las bragas de los ojos.
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