miércoles, 27 de noviembre de 2019

JORNADA DE LA NADA


I

Algún día entenderé hoy
y diré que ya lo sabía
en secreto,
al menos para mí.

Es cierta,
es incertidumbre,
pues la certeza es herrumbre,
y yo articulo lelo y libre.

¿Dónde voy a estar mejor
que en ninguna parte?,
todo habita en la nada,
¡y nada de viceversa!

Y entre nada y nada,
una isla de sencillez sólida
donde espero pronto habitar
para saltar a otra nada,
aunque todas sean igual.

A veces en la nada,
como ahora,
lo quiero todo.


II

Me refiero a mis ojos ajenos,
a mi vagina deliciosa,
a mis tetillas de alimento,
a todo lo mío en la nada
en la que desapareceremos,
en la que viviremos para siempre.

Me refiero a mi dolor reparado a trozos
por todos los todos de mi nada,
infinitos focos de mi luz tenue,
amores a pedazos que son mi amor,
que no duelen, que no curan, que no cesan.

Me refiero a cosas que ya no recuerdo,
sólo oigo el eco de su música en los huecos.

Me refiero
a todo.

Me refiero
a nada.


III

A las nueve y media iré allí,
aparentaré no estar sin ser,
tendré que fingir indignación,
deleite,
sorna,
celos,
pero en mí sólo hay deseo.

A las diez y cuarto iré al baño,
me miraré en el espejo para ver
la forma de mi nada de ahora,
beberé un poco, dejaré mi orina
y volveré a escena.

A las tres y media de la mañana
ya no habrá nada.
No habrá nada.
No habrá una nada para mí,
y seguiré hacia este todo que me espera
en el que podría morir de nada.



IV

Me refiero
a que a las cuatro
estaré soñando con todo,
despertando en medio de la nada.
Veré, oleré, tocaré y oiré nadas o todos
que nunca podré escribir,
tendré apneas,
asmas,
llantos que en el sueño lo son todo,
aun después, en la nada de la realidad,
no querré despertar ni volver allí,
me dolerá que no me duela de verdad.

Después de las cuatro
vendrán las


V

Victoria del insomnio
a pesar de los pensares;
y a pensar en los pesares,
a navegar en el caos universal
que heredé de cientos de nadies.

Victoria del hambre,
del glotón váter,
de la puta fuente,
del santo aire.

Victoria del vicio,
del sedante, del estimulante,
del desengrasante y de la carne,
del agua y del alcohol,
de la adrenalina cortada
con motivación desesperada.

Victoria del fracaso
a las seis de la mañana,
mientras sale un sol
obligado a la física.


VI

«Libre, como el sol cuando amanece,
yo soy libre, como el mar…».


El sol no sabe librar,
arde todos los días
y la tierra gira como un donerquebab
donde yo soy una suerte de brizna.

El sol está obligado a iluminar,
a evaporar al mar,
que es una loncha superficial
donde nos gusta nadar,
quiera él o no.

Pertenece el mar,
pertenece el sol,
pertenezco yo,

esclavo como el sol cuando amanece,
como el mar.


VII

Si este
poema
puede,

puedo yo ser nada,
estar y parecer nada.

Me refiero a todo lo que la nada
me tienta a las siete de la mañana,
cuando ya es hoy de nuevo
y me propongo entenderlo,
aunque diré que lo sabía
en secreto,
al menos para mí.

VIII


(Poema incluido en el libro "Acomodado en la rebeldía" publicado en 2019 por Noviembre Poesía)

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