Ser o
pasar,
esa es la cuestión,
pasar de ofenderse ante la
ofensa,
de enamorarse ante el amor,
pasar de calentarse ante el
calor.
Sabemos cómo no hacerlo,
hemos dado todo a la nada,
a lo que debemos o a lo
contrario.
Todo es lo contrario,
igualito ser rojo que azul,
igualito gánster que detective,
dos caras de la misma manada.
Oveja blanca, oveja negra,
lobo-oveja, presidente-oveja,
antisistema-oveja, rey-oveja,
yo-oveja, tú no, tú estás
bien.
Tú vas por tu camino libremente,
haciendo exactamente lo contrario
tan apegado a lo correcto,
lejos adrede de lo preclaro.
Pero, claro, ahora tú, que soy
yo, pasamos.
A ser,
estar
y parecer,
habría que añadir pasar.
Esa es
la cuestión,
cabrón, que paso.
Tanto melodrama y nada es para
tanto,
sólo el placer en sí y el dolor
en no me hacen algo,
injusticias ajenas a mí me las
paso por el tal,
aunque bien es verdad que soy los
demás.
Pero, paso. Ni ser, ni estar, ni
hostias,
la cuestión es saber pasar con
cuidado,
no obligarse a parecer lo que
estás siendo,
flotar sobre este río loco de
gente
que nada a favor y a
contracorriente.
Ay, la gente soy yo también,
apenas floto unos instantes y
vuelvo a caer
en el cauce donde todo es tan lo
contrario
que me mantiene parado en estado
de pasar.
Voy adelante y atrás, una de cal
y otra de cual,
un poco de venga y un poco de
bah,
anclado, dibujando una espiral,
pasando de parecer un ser que
está.
Martin es negro,
Donald está negro,
Barak parece negro
y yo paso de ellos.
No si estuviéramos jugando al
parchís,
entonces yo sería ellos y me los
comería,
pero en esta situación, prefiero
un bledo.
Ya me estoy excediendo,
he sido correcto,
he estado genial,
he parecido divertido,
he pasado desapercibido.
(Lanza
el libro al aire).
(Poema incluido en el libro "Acomodado en la rebeldía" publicado en 2019 por Noviembre Poesía)
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