Los vientos, los
vientos.
Demasiada democracia
en la bobada.
Los vientos y
excremento por el aire.
Todos
queremos que nos jodan por igual.
Los vientos, el
circo, los vientos.
Qué entretenidos
leones de mierda.
Y
en los vientos la demogracia.
Miedo intestinal en
el juicio primero.
Légamo
en los versos que me abofetea el viento.
Caballero,
documentación, ojete, ¡ábralo!
Entran los vientos,
salen por las bocas heces.
Demorrabia
autogritada en cada soledad.
Los vientos, los
vientos, los vientos.
Una luz al final del
recto que se apaga.
Vientos que nos
hacinan en la duna.
Aguiluchos,
zapateros, iglesias, monederos.
Parlamento
de vientos, prprprprprprprpr.
En nuestras caras ya
sucias de gestos ajenos.
Cambian y cambian y
cambian los vientos.
Todo dentro de la
misma letrina común.
Torbellino que
revuelve lo mismo y lo mismo.
Y lo mismo y lo mismo
de nuevo viejo.
Brisitas
de bien engullidas por los vientos.
Esclavos autónomos,
amos de jaulas y flagelos.
Eolo amordazado
suspira por sus vientos.
En
la plaza las cigarras se abanican con su Visa.
Dios, qué viento,
qué ganas de balar al aire.
Primero
el café, luego el cigarro y la Constitución.
Huele en el aire a
los vientos nuevos.
Limpiamos con el
papel el último verso.
Los vientos, la
demonada, los vientos.
Iremos a votar qué
laxante nos convence.
Nos vencen igualmente
los vientos.
Volamos
dejando un rastro de diarrea.
Brisillas
de aromas de amor se contaminan.
Viva la demolabia de
los encantadores.
Así es que la vida
es una mierda.
Nuevos vientos con la
misma porquería en movimiento.
De este modo nos
enculan desde dentro.
Lo mismo, los
vientos, los vientres repletos.
La
calle cagada calla más de lo que traga.
Aquellas brisiñas
perfumadas bajo el lodo.
Cansados de
hartarnos, comemos más mugre.
Lanzamos
al viento un bumerán de estiércol.
Estos versos, la cara
de asco impostada.
Los
vientos hacen olas divertidas en la charca.
(Poema incluido en el libro "Acomodado en la rebeldía" publicado en 2019 por Noviembre Poesía)
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