viernes, 15 de noviembre de 2019

NEW YORK


Estoy escribiendo esta canción en la torre más alta de New York,

como si fuera un idiota con corbata y ukelele despeinado por el indie,
como si fuera a componer algo muy alto, algo muy grave.
Y tan siquiera estoy allí, estoy en el momento equivocado.

Sentado en el hedor de los productos de limpieza, limpio,
mirando el fuego arder a la velocidad de la realidad,
leyendo en el espejo las noticias,
chupando el pequeño caramelo interminable,
estando durante un verso en New York,
como si fuera un idiota con pantuflas de oso, sin guitarra, limpio.

Admito que esto no es una canción, aunque pueda cantarla.
Qué bien queda con el ukelele cantada por todos ustedes.
No es razón para ir a New York con corbata y versos altos graves.
Todo intento de rimar no logrará que la cantes en el siglo XXI.

Qué se hace con una canción que no existe es justo lo que haré.

Mientras tanto tengo que bajar del edificio,
he pasado mucho frío en lo más alto de New York.
Qué mejor manera que saltar e ir a toda velocidad hasta Canarias.
Ya que estoy alargando el verso voy a aprovechar para no decir nada
y dejar esta canción abandonada en el fondo de un poema que nadie ha visto.

Estoy escribiendo esta canción en la torre más alta de New York,
como si fuera un idiota con corbata y ukelele despeinado por el indie,
como si fuera a componer algo muy alto, algo muy grave.
Y tan siquiera estoy allí, estoy en el momento equivocado.

Sentado en el hedor de los productos de limpieza, limpio,
mirando el fuego arder a la velocidad de la realidad,
leyendo en el espejo las noticias,
chupando el pequeño caramelo interminable,
estando durante un verso en New York,
como si fuera un idiota con pantuflas de oso, sin guitarra, limpio.

Admito que esto no es una canción, aunque pueda cantarla.
Qué bien queda con el ukelele cantada por todos ustedes.
No es razón para ir a New York con corbata y versos altos graves.
Todo intento de rimar no logrará que la cantes en el siglo XXI.

Qué se hace con una canción que no existe es justo lo que haré.

Mientras tanto tengo que bajar del edificio,
he pasado mucho frío en lo más alto de New York.
Qué mejor manera que saltar e ir a toda velocidad hasta Canarias.
Ya que estoy alargando el verso voy a aprovechar para no decir nada
y dejar esta canción abandonada en el fondo de un poema que nadie ha visto.

(Poema incluido en el libro "Acomodado en la rebeldía" publicado en 2019 por Noviembre Poesía)

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