Estoy
escribiendo esta canción en la torre más alta de New York,
como si fuera un
idiota con corbata y ukelele despeinado por el indie,
como
si fuera a componer algo muy alto, algo muy grave.
Y tan siquiera estoy
allí, estoy en el momento equivocado.
Sentado en el hedor
de los productos de limpieza, limpio,
mirando el fuego
arder a la velocidad de la realidad,
leyendo en el espejo
las noticias,
chupando
el pequeño caramelo interminable,
estando
durante un verso en New York,
como si fuera un
idiota con pantuflas de oso, sin guitarra, limpio.
Admito
que esto no es una canción, aunque pueda cantarla.
Qué bien queda con
el ukelele cantada por todos ustedes.
No
es razón para ir a New York con corbata y versos altos graves.
Todo intento de rimar
no logrará que la cantes en el siglo XXI.
Qué
se hace con una canción que no existe es justo lo que haré.
Mientras tanto tengo
que bajar del edificio,
he
pasado mucho frío en lo más alto de New York.
Qué mejor manera que
saltar e ir a toda velocidad hasta Canarias.
Ya que estoy
alargando el verso voy a aprovechar para no decir nada
y
dejar esta canción abandonada en el fondo de un poema que nadie ha
visto.
Estoy
escribiendo esta canción en la torre más alta de New York,
como si fuera un
idiota con corbata y ukelele despeinado por el indie,
como
si fuera a componer algo muy alto, algo muy grave.
Y tan siquiera estoy
allí, estoy en el momento equivocado.
Sentado en el hedor
de los productos de limpieza, limpio,
mirando el fuego
arder a la velocidad de la realidad,
leyendo en el espejo
las noticias,
chupando
el pequeño caramelo interminable,
estando
durante un verso en New York,
como si fuera un
idiota con pantuflas de oso, sin guitarra, limpio.
Admito
que esto no es una canción, aunque pueda cantarla.
Qué bien queda con
el ukelele cantada por todos ustedes.
No
es razón para ir a New York con corbata y versos altos graves.
Todo intento de rimar
no logrará que la cantes en el siglo XXI.
Qué
se hace con una canción que no existe es justo lo que haré.
Mientras tanto tengo
que bajar del edificio,
he
pasado mucho frío en lo más alto de New York.
Qué mejor manera que
saltar e ir a toda velocidad hasta Canarias.
Ya que estoy
alargando el verso voy a aprovechar para no decir nada
y
dejar esta canción abandonada en el fondo de un poema que nadie ha
visto.
(Poema incluido en el libro "Acomodado en la rebeldía" publicado en 2019 por Noviembre Poesía)
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